Se llama así a todos los materiales que deben sus
propiedades físicas no a su composición química si no al diseño de su estructura.Con el fin de que sus propiedades funcionen en
frecuencias del orden de las ondas electromagnéticas, los componentes
estructurales de un metamaterial deberían ser, en principio, más pequeños que
la longitud de onda de la radiación electromagnética con la que interactúa.
Así, podríamos aproximar su comportamiento en esas frecuencias al de un
material homogéneo, descrito con precisión por un índice de refracción eficaz.
Para la luz visible, que tiene longitudes de onda inferiores a un micrómetro
(560 nanómetrosluz solar), las estructuras deberían ser del orden de la mitad o
menos de la mitad de este tamaño, es decir, menos de 280 nanómetros. En
frecuencias de microondas, las estructuras sólo deben ser del orden de un
decímetro.
Su mayor explotación se da en la óptica, porque poseen índices de refracción negativos, o sea, no curvan la luz y las ondas electromagnéticas de manera predecible: la onda se propaga en el sentido inverso al que la energía incide sobre ellos. Este fenómeno hace posible usarlos para construir lentes de aumento tan potentes y libres de distorsión que pueden amplificar a nivel visible el campo magnético de un objeto. También se usan para alinear rayos láser en la construcción de hologramas de muy alta resolución, y además se los comienza a usar para la fabricación de mantos de invisibilidad. También, algunos, poseen índices de refracción negativa de ondas sonoras.